Archive for enero, 2009

En este momento

Este es  uno de esos momentos en el que quisiera…esconderme del mundo, verlo girar desde fuera. Y… apretar los puños, mientras el viento me lleva lejos.
En este momento quiero… cerrar los ojos, quedarme inmóvil entre la gente, a pesar de estar sola.
Quiero … dejarme llevar, escuchar mis pasos alejándose.
Y … no pensar en nada, perder el sentido del tiempo y del espacio.
Por un momento poder … evadirme de este cuerpo, ser etérea.
 … saltar al vacío, sin miedo a nada.
Hoy quiero … desatar emociones, soñar despierta.
 … estar lo suficientemente loca o cuerda par vencer mi cobardía.

Viva el stress

Demasiado trabajo para tan pocas horas… Y según dicen, estamos en crisis. Pues ciertos organismos públicos no paran de sacar licitaciones a concurso.

Necesito desconectar por Dios. Ayer, el momentico de relax en la pelu, fue tan sólo eso… un pequeño kit-kat y lo cierto es que… Quiero más.

Al menos manañana iremos a comer por ahí, cámara en mano, para despejar un poco las ideas.

El caso es buscar algo. Ese algo que esperas con ilusión a que llegue, sea lo que sea y ocurra cuando ocurra. Quizás sea eso que hoy no pienso con claridad.

Voy a echar mano de alguien que suele recagarme las pilas… Te invito a que compruebes el efecto que causa en tí…

De cabellos va la cosa.

Desde Sansón hasta hoy, no son pocos los que han sufrido el shock de un corte de pelo no deseado.
Alguna razón sicológica existirá. Debe ser importante la relación que tenemos con nuestra cabellera por lo difícil que resulta en muchos casos, desprenderse de ella. Yo me he quedado en blanco, mirándo la imagen que reflejaba el espejo después del clásico “córtame sólo las puntas”, al comprobar que me habían cortado media melena.

Pero cierto es…Cada vez me importa menos. Afortunadamente el pelo es algo que crece. Y tan solo dependerá del paso de unas semanas para volver a tener el largo deseado.

En unas horas difrutaré de un momento de relax entre aromas de balsamos , lacas, mascarillas y una amable conversación con la persona que tiene por unos instantes la cabeza de una en sus manos.

Mientras… El Sol sigue brillando tras los cristales. Por mucho que se empeñen las nubes, hoy hace un día precioso.

A ver que puedo ofreceros, para decorar un día tan hermoso…

Palabras.

Las palabras a veces son como vitamitas para el alma. Un mensaje en un momento dado, una conversación con una persona que apenas conoces pero que contactas bien y no sabes muy bien el motivo. Son sólo palabras cierto,pero a veces tienen el poder de dibujar una sonrisa en tu cara.

Buenos sentimientos sin duda. Doy gracias por estos pequeños momentos, sin pretender que se repitan, sólo me limito a disfrtuar de ellos un hoy, un ahora, si vuelven a repetirse o no…¿Quién lo sabe?

Más Allá del Deseo y la Decepción

Hoy no voy a ser yo la que escriba… Navengando por la red, encontre un escrito  …

Felices de los que no desean nada, ya que nunca sufrirán decepciones. ¿Acaso todo el que desea algo juega a perder? ¿Es cierto que mientras más difícil sea conseguir lo que deseamos, lo deseamos con mas ardor?

Pero hay que distinguir entre querer y desear. Querer no es más que la aceptación de un bien o una satisfacción, que muchas veces viene del instinto o de la costumbre. Desear es necesitar algo tan desesperadamente que es casi imposible pensar o imaginar otra cosa que no sea una forma de satisfacer ese deseo. Además el deseo es necesariamente alimentado por la imaginación, ya que el deseo no cabe en los límites de la razón.

¿Es tan terrible la desesperación que causa el deseo? ¿Si lo es, por qué la buscamos? ¿Mientras más trabajo te cueste hacer algo mayor será la satisfacción el verlo terminado? ¿Y después qué? La desesperación es más bien como el hambre que uno siente mientras uno prepara una cena muy cuidadosamente… uno tarda bastante, pero al saborear… ¿valió la pena? A veces. En cambio, si uno se prepara al aventón lo primero que vea, se quitará el hambre, pero no el deseo de comer bien, si es que hay. Se podría decir que disfrutamos esa desesperación, ya que nos saboreamos el momento en el que nuestro deseo quede satisfecho. Es mucho peor el vacío de no desear nada, ya que al tener algo por que luchar (el cumplimiento del deseo), por más que duela, le da un significado a nuestra vida. La vida en ese momento tiene el fin de satisfacer el deseo. Claro que hay otras formas de darle sentido a nuestras vidas, pero esta es de las más fáciles, y de las menos trágicas. Al dejar de desear algo, de luchar por él, nuestra vida pierde ese significado, dejándonos con un hueco el cual hay que llenar. Lo paradójico es que se desea llenar esa falta de deseo. Entonces, ¿nuestra vida perdió un significado, o ganó una paradoja?

¿Pero qué es lo que causa el deseo? Es algo bastante complicado. Bueno, primero, uno desea lo que no tiene, pero no todo lo que uno no tiene es deseado. Además depende de lo que se desea. Tal vez sea para satisfacer un placer, pero no todos los deseos satisfacen placeres y no todos los placeres insatisfechos provocan deseos. Además parece ser que siempre el deseo va acompañado de ciero grado de egoísmo. A veces es una especie de curiosidad por lo desconocido, ya que cuando uno lo conquista el deseo lo deja de desear. O probablemente sea una necesidad de sorprendernos, y cuando nos deja de sorprender lo dejamos de desear. ¿Pero por qué habría de tener una causa específica?

Es cierto que los deseos no satisfechos nos traen decepciones. Pero los deseos satisfechos nos traen satisfacciones. ¿Cual es mayor? Creo que mientras más sufra uno, más apreciará los momentos de felicidad, y vice versa. El que no desea nada no sufre decepciones, pero tampoco satisfacciones. Está más allá del deseo y la decepción. ¿En realidad es feliz? No es feliz, pero tampoco desdichado. Más bien se aburre de lo lindo. ¿Entonces qué es mejor? Parece que no importa uno qué camino escoja, la balanza de dicha y dolor siempre quedará balanceada. Depende del espíritu de cada quién cuál se nos acomode mejor. ¿O de su DNA?

Carlos Gershenson

Necesito escuchar algo bonito… ¿Lo compartis conmigo?

Y tú… ¿Quieres o necesitas?.

¿Sabemos discernir entre necesitar y querer?, o ¿en qué momento llegan a confundirse dichos conceptos?, ¿son las necesidades más atribuidas a los sentidos? y si es así, ¿cuando una persona  necesitar a otra?, ¿cómo se manifiesta?.

¿Se puede querer sin necesitar, o necesitar sin querer?…

¿Van siempre unidos estos conceptos cuando hablamos de sensaciones humanas?

Dejadme regalaros una frase preciosa:

«Es preciso saber lo que se quiere, cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo» Georges B. Clemenceau

Momentos de lluvia.

Vamos a dejar que la lluvia cargue de iones negativos el alma. Un día de perros para algunos, bucólico para otros. Un día para mirar a través de la ventarna y no ver las gotas caer…

La sonrisa de un niño.

Aunque no tenga transcripción en el índice Ibex 35, la sonrisa de un niño se mantiene como la más firme cotización de hoy y de todos los tiempos. El brillo de la mirada que expresa la ilusión de un niño no se devalúa con el tiempo. No fluctúa con el índice de precios al consumo, ni se altera como el dólar.

Hoy me darán los resultados de unas pruebas de mi niño. Posiblemente no cambiará nada, pero… Cuando pienso en ello, todo lo demás carece de importancia.

Mi peque seguirá sonriendo, seguirá buscándome para hacerle conquisllas, para que le cante su canción favorita, para que le de un beso antes de dormir. Es muy duro el día a día. Es mejor no pensar en el futuro, en su futuro… Y seguir celebrando cada pequeño avance, cada pequeño logro.

No soy afortunada en riquezas, ni siquiera las necesito. Pero ojala siga manteniendo la fortaleza suficiente para seguir ayudando a mi niño, a tener de forma espontánea, la sonrisa más hermosa del mundo.

Ser especial..

Hay personas que para sentirse especiales necesitan saberse los más importantes, los únicos incluso, los mejores. Viven buscando posiciones en el corazón de los demas y miden a los demas en función de ello. Hay gente que siente que pierde ese hueco especial ante cualquier infortunio, desavenencia o alejamiento circunstancial. Todos necesitamos de alguna manera sentirnos especiales. No de forma generica, absoluta y única, si no de forma particular y tangible. Necesitamos saber que para algunas personas, no somos completamente prescindibles, fáciles de olvidar, reemplazables. Nos gusta sentir que alguien tiene reservado para nosotros un hueco especial en su vida. Un rincón que lleva nuestro nombre. Y ese rincón no es ni mejor ni peor que otros, no se puede medir ni cuantificar. Es un rincón exclusivo, donde cada uno llena un hueco diferente de forma distinta. Un lugar nuestro, personal.

Tengo mi corazón repleto de rincones que llenan personas a las que siento y considero especiales. Hay ciertos tamaños, presentes o pasados, hay pequeñas jerarquias o grados. Pero todas ellas conforman la masa que fortalece los pilares en los que se sustenta una parte de mi mundo.

(Pyotr Ilich Tchaikovsky – Obertura Romeo & Julieta -Fragmento-)

Por una cabeza.

Sobran las palabras…

Por una cabeza
de un noble potrillo
que justo en la raya
afloja al llegar,
y que al regresar
parece decir:
No olvidés, hermano,
vos sabés, no hay que jugar.
Por una cabeza,
metejón de un día
de aquella coqueta
y burlona mujer,
que al jurar sonriendo
el amor que está mintiendo,
quema en una hoguera
todo mi querer.

Por una cabeza,
todas las locuras.
Su boca que besa,
borra la tristeza,
calma la amargura.
Por una cabeza,
si ella me olvida
qué importa perderme
mil veces la vida,
para qué vivir.

Cuántos desengaños,
por una cabeza.
Yo jugué mil veces,
no vuelvo a insistir.
Pero si un mirar
me hiere al pasar,
sus labios de fuego
otra vez quiero besar.
Basta de carreras,
se acabó la timba.
¡Un final reñido
ya no vuelvo a ver!
Pero si algún pingo
llega a ser fija el domingo,
yo me juego entero.
¡Qué le voy a hacer..!

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